Las redes sociales llevan ya muchos años entre nosotros. Han dejado de ser un fenómeno nuevo y desconocido para convertirse en un motor de socialización, información, diversión y oportunidades… pero también de riesgos. Como otras muchas cosas en esta vida, está en nosotros hacer un uso sano de las herramientas y los recursos que existen a nuestra disposición. Sin embargo, muchas personas no logran encontrar el equilibrio, algo que ocurre especialmente en los más jóvenes. La adicción a las redes sociales en adolescentes se ha convertido en un problema muy real, que preocupa tanto a padres y madres como a educadores y psicólogos.

Como ya señalamos desde Adinfa, la adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes no ha parado de crecer en los últimos años, y se ha visto especialmente agravada por la situación que generó la pandemia de COVID-19. Esta dependencia que muchos jóvenes experimentan hacia sus dispositivos móviles viene provocada, precisamente, por la necesidad de estar continuamente conectados a sus perfiles sociales. Según el informe sobre el “Impacto de la tecnología en la adolescencia” elaborado por Unicef, el 83,5 % de los jóvenes están registrados en tres plataformas o más, y el 61,5 % dispone incluso de varias cuentas en una misma red social.

 

¿Qué es la adicción a las redes sociales?

Entendemos por adicción a las redes sociales una conducta repetitiva e incontrolada que lleva a una persona a pasar excesivo tiempo en determinadas plataformas digitales. Como ocurre con las nuevas tecnologías en general, se trata de una adicción no química, a diferencia de la que producen el alcohol o las drogas.

Sin embargo, que la adicción a las redes sociales no sea química no significa que deba tenerse menos en cuenta, ya que los adolescentes que la experimentan sufren una pérdida de control que deriva en importantes consecuencias a nivel familiar, social e incluso académico y laboral.

Según la experiencia que acumulamos en Adinfa alrededor de este tema, aunque esta adicción no suele ser reconocida por los jóvenes la realidad es que quienes la sufren tienden a presentar un claro síndrome de abstinencia cuando se ven privados del acceso a sus perfiles sociales, lo que deriva en importantes cambios de carácter, nerviosismo, depresión, etc.

 

¿Qué síntomas provoca la adicción a las redes sociales en adolescentes?

Aunque esta adicción no genere consecuencias físicas fácilmente visibles, como ocurre con las drogas y el alcohol, esto no significa que dejen de existir otros síntomas reconocibles, especialmente a nivel psicológico. Y al igual que con otras adicciones, reconocer estos cambios a tiempo puede ayudar a combatir mejor el problema.

Uno de los efectos más comunes de la adicción a las redes sociales está en el aislamiento familiar e incluso social que comienza a presentar el joven que la padece. Atento siempre a su dispositivo y a sus perfiles online, es habitual que el adolescente desconecte de su realidad más cercana para enfocarse al cien por cien en la digital, dejando de participar activamente en conversaciones familiares o con amigos, mostrando poco interés por realizar actividades que no impliquen el móvil o el ordenador, etc.

Esta situación de aislamiento está en realidad enmascarando una grave dependencia de las redes sociales, que puede intuirse por el aumento de los tiempos de consumo de estas plataformas. Según la situación se complica, es posible detectar un claro síndrome de abstinencia cuando obligamos al joven a desconectar para realizar otras actividades, como salir en familia a pasear, jugar a juegos de mesa, ver una película juntos, etc.

Dependiendo del tipo de plataformas utilizadas, a esta sintomatología pueden unírsele también cuadros de depresión, ansiedad y malestar emocional. Estos se ocasionan normalmente cuando la actividad en redes sociales no genera el impacto que los adolescentes esperaban, bien sea por falta de comentarios o “likes”, o incluso por lograr un alcance menor del deseado. En estas circunstancias el joven se siente intrascendente, y tiende a buscar desesperadamente esa atención que le haga “popular”.

A menor nivel, pero no por ello menos desdeñable, otro síntoma de la adicción a las redes sociales en adolescentes lo encontramos en el aumento de la impulsividad. Un ejemplo de ello son los habituales “challenges” o desafíos en ciertas plataformas como TikTok, que en ocasiones llevan a los jóvenes a poner en peligro su salud con la realización de pruebas absurdas. Del mismo modo, se han dado ya múltiples casos de accidentes (en ocasiones con consecuencias fatales) a la hora de tomarse un “selfie” o de grabar un vídeo en lugares peligrosos.

Aunque todos estos síntomas puedan considerarse psicológicos, lo cierto es que la adicción a las redes sociales también provoca problemas a nivel físico. Uno de los más claros es el cambio en el estilo de vida que suele llevar a un mayor sedentarismo. Más tiempo sentado enganchado al ordenador, la tablet o el móvil implica menor práctica deportiva, optar por el autobús o el metro en lugar de caminar o ir en bici, tirarse en el sofá en vez de salir con los amigos…

Por último, tampoco podemos olvidar las consecuencias que el uso de las pantallas está causando en la vista de estos jóvenes, que con el tiempo presentan diferentes patologías oculares, así como claros aumentos en cefaleas y migrañas, etc.

 

¿Qué causa la adicción a las redes sociales?

Aunque esta pregunta es más difícil de responder, lo cierto es que las causas que llevan a una adicción a las redes sociales en adolescentes suelen ser variadas y dependen de distintos factores y condicionantes previos.

En primer lugar, no podemos obviar que una de las causas es, sencillamente, la facilidad de acceso que los jóvenes tienen a estas plataformas. Las redes sociales forman parte del día a día de los adolescentes de hoy, y son un mecanismo de conexión con los demás miembros de su grupo de iguales. Es natural que los jóvenes quieran pasar tiempo en las redes, pero deben aprender a utilizarlas con la misma moderación que se espera de otros muchos elementos de nuestra vida.

Otra de las causas más evidentes está en la necesidad de buscar reconocimiento y alimentar nuestro ego. Las redes sociales proporcionan un enorme escaparate a través del cual darnos a conocer, sentirnos queridos y apreciados, creernos importantes… Para muchos jóvenes, que aún no han alcanzado la madurez, esto genera una importante dependencia.

En muchos casos esta última causa es motivada por otra que, a su vez, también genera adicción a las redes sociales. Nos referimos a la falta de autoestima, que muchos jóvenes intentan enmascarar generando una imagen de sí mismos que dista de lo que sienten en realidad. Esto les lleva a crear un personaje en las plataformas virtuales que, a diferencia de lo que sienten ellos mismos, es popular, apreciado y querido por su grupo de iguales. Una vez se da ese paso, es muy difícil para el adolescente renunciar a lo logrado.

Por último, tampoco podemos olvidar que muchos jóvenes sienten ansiedad, depresión o, sencillamente, están pasando por una mala etapa en sus vidas (a nivel personal o familiar). Estas situaciones pueden provocar la necesidad de evadirse y encontrar consuelo en estas plataformas, donde pueden olvidarse de su día a día. El problema llega cuando esta desconexión acaba por generar dependencia del entorno hacia el que nos evadimos.

 

¿Cómo tratar la adicción a las redes sociales en adolescentes?

En primer lugar, es importante recordar que la adicción a las redes sociales puede prevenirse. Para ello, como en otras muchas adicciones, los progenitores y educadores tienen la responsabilidad de dar ejemplo y de establecer normas de buen uso. Las redes sociales no son malas de por sí, el problema está en la utilización que se haga de las mismas.

Desde Adinfa, nuestra primera recomendación a madres y padres es siempre la de educar con autoridad positiva a los hijos. Esto implica evitar su sobreprotección y entender que poner normas es una forma de amarles y respetarles, puesto que a través de las mismas les guiamos y les enseñamos que existen límites que deben conocer.

El establecimiento de estos límites, en este caso en el uso de dispositivos digitales que les permitan acceder a las redes sociales, debe venir acompañado de alternativas para su ocio. En este sentido, el primer paso es predicar con el ejemplo y evitar pasar nosotros mismos más tiempo de la cuenta mirando el móvil.

De la mano de esto podemos proponer actividades en familia que casen bien con los gustos de nuestros hijos. Esto implica realizar un esfuerzo por nuestra parte para saber qué les puede apetecer más hacer, en lugar de simplemente proponerles cosas que nos gustan a nosotros.

Cuando este acercamiento por nuestra parte no funciona, o cuando la adicción a las redes sociales reviste ya cierta gravedad, es importante recordar que existen profesionales especializados para ayudarte. Y, al igual que en otro tipo de adicciones, cuanto antes se acuda a los mismos mayores garantías de éxito ofrecerá el tratamiento.

En este sentido, en Adinfa conocemos bien esta problemática y contamos con programas específicos enfocados a tratar adicciones relacionadas con las nuevas tecnologías, los dispositivos digitales y las redes sociales.

Cuenta con nosotros para cualquier ayuda que necesites contactándonos desde aquí.