La adicción al juego de apuestas online en adolescentes está creciendo y convirtiéndose en una droga a la que se está enganchando la población más joven y vulnerable. Hay que tener en cuenta que durante la adolescencia no se ha completado aún nuestro desarrollo neurológico, por lo que existe un mayor riesgo de caer en conductas adictivas de cualquier tipo.

La realidad en cuanto a la adicción al juego se distribuye, además, por todas las clases sociales, siendo la edad de inicio cada vez más temprana. Especialmente cuando nos referimos a las apuestas online que se desarrollan a través de diversos portales de Internet.

Según la encuesta ESTUDES, elaborada por el Ministerio de Sanidad, el 10,3 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años realiza apuestas online, mientras que el 22,7 % lo hace de manera presencial. Se trata de cifras preocupantes, que deben hacernos reflexionar sobre qué está ocurriendo con la adicción al juego en nuestros adolescentes.

 

¿Qué es la adicción al juego?

Cuando hablamos de adicción al juego en el fondo estamos hablando de ludopatía. Se trata de una enfermedad que se caracteriza por el deseo irrefrenable de jugar apostando dinero, a pesar de las consecuencias negativas que esto puede tener.

La adicción al juego se puede desarrollar tanto en locales físicos, como en sus versiones virtuales en Internet: casinos, salas de apuestas deportivas, bingos, etc. Estas últimas han proliferado especialmente en los últimos años, debido entre otras cosas a su presencia como patrocinadores de eventos, clubes y programas deportivos.

En los adolescentes, la ludopatía afecta al desarrollo de su cerebro y al sistema de refuerzo, pudiendo incluso actuar como factor generador de patologías mentales. Algunos expertos la denominan como la nueva “heroína de los jóvenes”. Sin embargo, a diferencia de la heroína y el alcohol, la adicción al juego de apuestas online no produce signos externos que indiquen el deterioro o la pérdida de facultades.

 

¿Qué buscan los adolescentes en el juego?

Aunque existe mucha casuística por detrás, en general podemos decir que los adolescentes se inician en los juegos de azar y apuestas en Internet movidos por una o varias de estas razones:

  • Olvidar los problemas.
  • Escapar de la realidad más inmediata.
  • Obtener ganancias fácilmente y sin esfuerzo.
  • Compensar la ausencia de relaciones sociales.
  • Mantener la ilusión de controlar una situación.

Sin embargo, los motivos que llevan a los jóvenes a apostar se ven pronto sustituidos por sentimientos muy diferentes. Este tipo de adicción provoca sensación de tristeza, aislamiento social, absentismo escolar, pequeños hurtos en la familia, así como el uso de la mentira para ocultar su implicación en el juego.

Si la cosa va a más y no se trata a tiempo, podemos encontrarnos frente a la realización de actos ilícitos para financiar las apuestas, lo que puede generar la entrada en el sistema penal a edades muy tempranas.

A esto hay que sumar los problemas que afectan al entorno familiar, con un importante deterioro de las relaciones afectivas, dificultades económicas y legales, violencia, conflictos emocionales y psicológicos en los miembros de la familia, etc.

 

¿Qué factores favorecen la adicción al juego?

La atracción por apostar se genera, como ya hemos dicho, por diversas circunstancias alrededor de la figura del adolescente. Sin embargo, tampoco debemos obviar que las entidades que están tras los juegos de apuestas online y físicos son muy conscientes de que sus mecanismos persiguen, precisamente, atraer y “enganchar” al usuario.

Existen distintos factores o características que explican este comportamiento de adicción al juego. A continuación señalamos algunos de ellos:

  • Los estímulos visuales que utilizan los portales de apuestas online.
  • La sensación de control que intentan transmitir al usuario.
  • El sistema de apuestas de bajo coste que facilita iniciarse.
  • Los intervalos cortos de tiempo entre apuesta y resultado.
  • La disponibilidad y facilidad de acceso de estos servicios.
  • La presión ejercida por el grupo de iguales hacia el joven.
  • La permisividad social existente con los juegos de azar.
  • La enorme presión publicitaria ejercida por estas marcas.
  • La ilusión de control que ejerce sobre la persona jugadora.

Por supuesto, como comentábamos más arriba existen otros muchos factores que influyen, entre ellos la propia personalidad del joven, la situación familiar, el nivel cultural, etc. Por no olvidarnos de algo muy importante: este tipo de juegos se ha normalizado entre los adolescentes no ya como una forma de ocio, sino como un medio de ganar dinero sin esfuerzo.

 

¿Cómo influyen Internet y las nuevas tecnologías en la adicción al juego?

Si bien está claro que las apuestas no son algo nuevo, no se puede obviar que Internet favorece la adicción al juego online por su fácil acceso, inmediatez, disponibilidad y oferta. No hay que olvidar que Internet ocupa un lugar central en la vida de los adolescentes, quienes llegan a utilizar lo virtual para huir de una realidad que no les satisface, o simplemente para mejorar su estado de ánimo.

El papel de las nuevas tecnologías es un factor determinante, que facilita el poder adictivo de este tipo de juegos entre los más jóvenes. A través de Internet y con la intimidad que permite un dispositivo electrónico cualquier adolescente puede jugar en línea. Es muy difícil poder controlarlo.

Por otro lado, hay que subrayar que si bien los jóvenes, en general, tienen buenos conocimientos informáticos, existe también entre ellos una importante falta de madurez y experiencia, lo que les hace ser muy vulnerables.

 

¿Qué papel juega la publicidad en la adicción al juego?

Como decíamos antes, es indudable que las estrategias publicitarias y de marketing que desarrollan las casas de apuestas y los operadores de juego online están impulsando esta práctica entre los más jóvenes.

Muchas empresas de apuestas intentan normalizar su producto asociándolo a grandes clubes de fútbol, a personalidades públicas de relevancia y del deporte… y cada vez más a los populares influencers que idolatran y cuyos contenidos consumen a diario nuestros adolescentes. Esto ha llevado a las apuestas deportivas a aumentar enormemente, aunque también se ha debatido mucho sobre la adicción a juegos como el póker y otros similares.

La publicidad actúa como un factor de riesgo, distorsionando la imagen de éxitos y logros a través de signos, mitos y símbolos. El mensaje que emiten las empresas de publicidad, y que tiene un fuerte impacto entre la población juvenil, asocia el éxito, la fama y el dinero fácil al juego de apuestas.

No hay que olvidar que la publicidad suele condicionar los hábitos de consumo de los jóvenes, además de su estilo de vida y valores sociales.

 

¿Qué pueden hacer los padres ante casos de adicción al juego?

Como siempre, la situación ideal es aquella en la que logramos prevenir el mal gracias a una adecuada información y educación a nuestros hijos. No obstante, y a pesar de que muchos padres y madres cumplen bien esta función, se dan casos en los que el comportamiento del adolescente escapa a su control.

Para estas situaciones, en Adinfa realizamos con las familias una importante labor de concienciación sobre esta cuestión. Conocemos los peligros a los que se exponen los jóvenes y el riesgo de caer en este tipo de adicción. Por ello, aconsejamos:

  • Hablar abiertamente con los hijos de los riesgos que conlleva el juego.
  • Dar ejemplo y no apostar nunca a nada.
  • Dialogar con los hijos y desmontarles la asociación entre diversión y juego.
  • Promover un discurso crítico y racional para desmitificar el concepto de suerte.
  • Aclarar y explicar que una cosa es el deporte, y otra las apuestas.
  • Ser críticos con la publicidad y con las personalidades que fomenten las apuestas.
  • Dejar claro que la banca siempre gana.
  • Poner normas para el uso del móvil y establecer las consecuencias si no se cumplen.
  • Establecer un horario para jugar con el móvil y hacer uso de Internet.
  • Utilizar sistemas de protección para evitar el acceso a páginas de apuestas online.
  • Hacer planes juntos y fomentar actividades en las que no se utilice el móvil.
  • Buscar ayuda de profesionales si hay signos de adicción.

Hay que tener en cuenta que la actitud de la familia puede favorecer o evitar el comportamiento adictivo de su hijo. Es decir, una familia permisiva, sin normas y poco comunicativa puede convertirse en un factor que propicie este tipo de adicción.

 

¿Cómo prevenir desde la escuela?

Al considerarse los trastornos adictivos un problema de salud pública, es necesario establecer medidas educativas en los adolescentes para reducir riesgos y prevenir la adicción, especialmente desde los primeros cursos de la Educación Secundaria Obligatoria.

La escuela puede jugar un papel primordial para trabajar en programas dirigidos a prevenir las adicciones asociadas al juego compulsivo, a las nuevas tecnologías (Internet, móvil y videojuegos) y al consumo de drogas.

Hay que destacar que la edad de inicio al juego, especialmente en Internet, es cada vez más temprana. Un hecho que coincide con la facilidad que tienen los más jóvenes para acceder a las nuevas tecnologías para la relación, información y comunicación (TRIC). Según el último informe de Unicef sobre el ‘Impacto de la tecnología en la adolescencia’, el 94,8 % de los adolescentes dispone de teléfono móvil con conexión a Internet, dispositivo al que acceden a los 10,96 años por término medio.

La evolución de estas cifras nos lleva en Adinfa a dar pautas a madres y padres sobre cómo actuar ante una posible adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes. Algo que preocupa a muchas familias y que, como ya hemos dicho, puede llegar a convertirse en la puerta de entrada de problemáticas mucho más complejas.

Esperamos que este artículo te haya resultado útil. Recuerda que en Adinfa estamos para ayudarte si detectas que algo no va bien con tu hijo o hija. Ante cualquier señal de alarma puedes contarnos tu caso desde aquí.