La adicción al juego en adolescentes lleva años creciendo, y este hecho debería hacernos reflexionar y preocuparnos como sociedad. Los juegos de apuestas son una forma de ocio peligrosa, que en los casos más graves deriva en una adicción difícil de controlar y de tratar cuando no se actúa a tiempo.

Según un estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia sobre los juegos de azar, y llevado a cabo entre estudiantes de bachiller y ciclos formativos e institutos, el 62 % de los jóvenes menores de 18 años reconoció haber jugado apostando dinero en los últimos meses. Y, lo que es aún más grave, según el mismo estudio el 37,7 % de estos adolescentes tienen problemas con el juego.

 

¿Cómo influyen las salas de apuestas en la adicción al juego en adolescentes?

Mariano Chóliz, catedrático de Psicología Básica de la UV, experto en adicción al juego y director del estudio, señala que “los adolescentes y jóvenes, un sector más vulnerable, son un nicho de mercado” para las casas de apuestas. “En España hay 230.000 tragaperras en estos establecimientos. En pocos años hemos pasado de unos centenares a casi 6.500 salones de juegos. Si un adolescente empieza con 14 años tiene altas posibilidades de volverse dependiente”.

Las voces de los expertos de la UV no son las únicas que se han oído sobre este tema. Según la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, que elabora el Ministerio de Sanidad, el 13,6 % de los menores ha apostado dinero presencialmente. Otro estudio, en este caso elaborado por la Universidad de Santiago de Compostela, señala que en el 61 % de los casos los padres son conscientes de esta situación, pero no saben cómo actuar.

Cada vez son más los especialistas en diversas líneas relacionadas con la psicología y la psiquiatría que advierten de este problema y piden una legislación más exigente, tanto en el acceso a los locales de apuestas como en la publicidad, para evitar males mayores. Y es que, como señala el director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, Juan Lamas, “cuanto antes se empieza, más difícil es resolver la adicción. Tenemos chavales que con 20 años ya han pedido siete u ocho microcréditos”.

También se pronuncia al respecto Francisco Herrera del Pueyo, uno de los fundadores de Proyecto Hombre Sevilla: “las casas de apuestas buscan un tipo de cliente más vulnerable, con menos estructuras familiares. Sucede también con las máquinas tragaperras, que las ponen en los bares de barrios populares. Hay que trabajar mucho con los padres”.

 

¿Cómo surge la adicción al juego en adolescentes?

Como ya comentamos hace un tiempo al hablar de los juegos de apuestas online, los motivos que pueden llevar a la adicción al juego en adolescentes son muy variados. Rara vez nos encontramos con una única causa o situación aislada, siendo más común que se den distintos factores combinados.

Uno de los principales motivos, o al menos uno de los más visibles hoy en día, está en la cultura del éxito sin esfuerzo que transmiten ciertos impactos publicitarios y que es fácil ver en Internet. Nuestros jóvenes se ven seducidos muchas veces por la falsedad de que no hace falta esforzarse para ganar dinero. Basta con invertir en esto o aquello, comprar criptomonedas… o apostar aquí o allá.

Para muchos jóvenes, además, los juegos de apuestas se convierten en una forma de suplir o equilibrar de algún modo la ausencia de relaciones sociales que experimentan. Los salones de juego se convierten en un lugar donde pasar el rato y disfrutar sin sufrir burlas o críticas, y sin tener que dar explicaciones.

En muchos casos, esto último suele ir acompañado de una necesidad de olvidar sus problemas y escapar de la realidad, lo que principalmente ocurre en los jóvenes que provienen de familias desestructuradas o donde la convivencia resulta difícil.

Si a todo ello le unimos el hecho de que los salones de apuestas están especialmente diseñados para “atrapar” a quien se adentra en ellos y hacer perder la noción del tiempo, nos encontramos con una combinación muy peligrosa para estos adolescentes, que no olvidemos se encuentran todavía en una fase de desarrollo y no cuentan con los mismos mecanismos de defensa que un adulto. Si a pesar de estos mecanismos los adultos caen muchas veces en la ludopatía, ¿cómo pretendemos que no le ocurra a muchos jóvenes?

 

¿Cómo prevenir esta adicción al juego y las apuestas?

Al igual que ocurre con otros muchos aspectos de la vida, la solución ni es fácil ni está exenta de sacrificio y trabajo. Aunque, afortunadamente, existe y funciona.

Como siempre, la prevención juega un papel fundamental en estos casos. Y esto implica una educación sana y equilibrada desde la infancia. Por supuesto, las restricciones legislativas también son importantes, y poco a poco vamos viendo cambios en esta línea. Pero la base debe ser siempre una buena educación en valores.

A los padres y madres que acuden a nosotros les recomendamos siempre mantener una comunicación clara y transparente con sus hijos, basada en la escucha activa y en la empatía. Demostrarle al adolescente que sus problemas son importantes para nosotros, desde la igualdad y el respeto, es la mejor forma de acercarnos a ellos y detectar circunstancias sobre las que actuar.

Una buena comunicación será también la base que nos permita informar a nuestros hijos de los peligros que rodean a las apuestas, y de la falsedad que se esconde tras esos tentadores mensajes que le animan a ganar dinero fácil y sin esfuerzo.

Del mismo modo, los progenitores deben convertirse en modelos ejemplares de aquello que predican, transmitiendo un mensaje sin fisuras que no dé lugar a segundas interpretaciones. Al fin y al cabo, ¿con qué autoridad podemos pedirle a nuestro hijo que se aleje de las apuestas si nos ven apostar a nosotros?

Para aquellos casos en los que la situación ha comenzado a complicarse, en Adinfa lo tenemos claro: acudir a un profesional lo antes posible es la mejor manera de evitar males mayores. Esto nunca debe percibirse como un fracaso, sino como la mejor forma de ayudar a nuestro hijo en problemas. Una de las confesiones más repetidas por las familias que acuden a nosotros es “ojalá os hubiera contactado antes”. Y es que, en los trastornos y problemas mentales, al igual que en los físicos, coger la enfermedad a tiempo garantiza mejores opciones de recuperación.

Por todo ello, si te encuentras en esta situación o sospechas que algo está ocurriendo, contacta con nosotros. Estarás en manos de especialistas con muchos años de experiencia, y te prestaremos toda la ayuda posible.