Las vacaciones introducen siempre un periodo de alegría y descanso muy necesario para todos, y las de verano por ser habitualmente las más largas están también entre las más esperadas. Sin embargo, en algunos entornos familiares las ansiadas vacaciones se transforman en días salpicados de conflictos con los más jóvenes del hogar, hasta el punto de que más de un padre/madre termina deseando la vuelta a la rutina.

Y es que el aumento del tiempo libre, la disminución de las obligaciones escolares y la relajación de las normas que suelen marcar el resto del año, dan lugar en ocasiones a una combinación explosiva. Los adolescentes pueden mostrar cambios de comportamiento y actitudes que, aunque hasta cierto punto son normales, en ciertos casos sobrepasan lo deseable y lo que se debe permitir.

Afortunadamente, con un poco de paciencia, mucha comprensión y una comunicación abierta y fluida con nuestros hijos, es posible en la mayoría de los casos disfrutar de un verano armonioso y significativo en familia. Para ello, hoy queremos darte algunos consejos en esta línea.

 

Establece expectativas claras

Antes de que comiencen las vacaciones es fundamental sentarse en familia y establecer expectativas claras para todos.

Esto incluye hablar sobre las responsabilidades del adolescente en el hogar, que no desaparecen durante el periodo vacacional, y sobre las normas que deben seguir cumpliéndose (aunque puedan relajarse un poco).

Por supuesto, también es importante escuchar las expectativas que tus hijos tengan sobre estos días de vacaciones, para que se sientan involucrados en el proceso.

 

Fomenta su autonomía y responsabilidad

Ya hemos hablado otras veces de que la adolescencia es una etapa de crecimiento, que supone en buena parte la búsqueda de cierta independencia.

Como padres y madres, es importante que en vacaciones ofrezcamos a nuestros hijos oportunidades para que tomen decisiones y asuman responsabilidades acordes a su edad y su nivel de madurez. Esto les permitirá sentirse valorados y con un sentido de control sobre sus vidas.

 

Respeta su privacidad

El respeto a la privacidad es esencial en la relación con adolescentes. Cuando llegan las vacaciones vemos a nuestros hijos hacer nuevas amistades, salir hasta algo más tarde, ir a más de una fiesta…

Como padres, es lógico que queramos estar informados, pero debemos ser conscientes de que necesitan su espacio personal. En este sentido, evita revisar sus pertenencias o intervenir en sus conversaciones privadas salvo que tengas una preocupación fundamentada.

Si has trabajado para establecer una buena comunicación con tus hijos, sabrán que estarás ahí para cualquier problema que tengan o ante dudas que les inquieten.

 

Crea rutinas flexibles

Como decíamos, las vacaciones implican una relajación de normas y obligaciones, pero no significa que estas desaparezcan del todo.

Es importante mantener ciertas rutinas para proporcionar estructura y evitar que todo se vuelva caótico. Establecer horarios flexibles para las comidas, el tiempo de descanso y algunas actividades en familia o individuales puede ser beneficioso para todos.

 

Fija límites al uso de dispositivos electrónicos

Uno de los mayores conflictos con adolescentes de los últimos años está en el uso abusivo de dispositivos electrónicos como móviles, tablets, ordenadores… Durante las vacaciones estivales puede darse la circunstancia de que, por el destino elegido y las características asociadas al mismo (por ejemplo, que nuestro hijo cuente con un grupo de amigos que se reencuentra cada verano), el uso de estos dispositivos decaiga considerablemente.

Sin embargo, en otros muchos casos nos encontramos con la situación contraria: el joven se refugia durante más horas en su móvil, ordenador… principalmente, porque las vacaciones en familia no le seducen (se ha elegido un destino al que no quería ir, o planes que no le satisfacen, etc.).

De ahí que sea tan importante lo que decíamos en nuestro primer consejo, sobre establecer expectativas y escuchar a nuestros hijos para saber también qué desean hacer, intentando llegar a puntos intermedios. En esa conversación deberá quedar claro que las vacaciones no significan estar conectados las veinticuatro horas del día.

 

Aprovecha el tiempo juntos para reflexionar y crecer en familia

Además de lo anterior, debemos tener en cuenta que el verano también es una oportunidad para reflexionar sobre la vida familiar y crecer juntos.

Te recomendamos aprovechar ciertos momentos relajados del día, como el desayuno, las sobremesas tras las comidas, pequeños paseos… para hablar sobre las metas personales y familiares de los distintos miembros.

Esto ayudará a construir juntos valores que son importantes y que contribuirán a fortalecer la relación familiar de cara al futuro.

 

La convivencia con adolescentes en verano puede ser gratificante y enriquecedora si se establecen bases sólidas de comunicación, respeto y comprensión mutua. Este periodo vacacional termina suponiendo, para la mayoría de jóvenes, un compendio de recuerdos y memorias imborrables que perdurarán hasta la edad madura.

Aprovecha esta temporada para fortalecer los lazos familiares, disfrutar de momentos especiales y apoyar el crecimiento y desarrollo de tus hijos adolescentes. Con paciencia y amor, estamos seguros de que lograrás pasar un verano inolvidable y libre de conflictos.